El Valle de Améscoa florece
22/02/2013 3 comentarios
En los últimos años la Comunidad Vasca en general, y los habitantes de Álava en particular, están despertando a la realidad de que vivir del turismo es posible e incluso deseable, desde un punto de vista tanto verde como económico.
Comenzamos a compararnos con otras zonas turísticas de más envergadura o, mejor dicho, con más antigüedad en el oficio. Vemos, como con ojos nuevos, el inmenso potencial de la zona y, también, la necesidad de planificación con garantías de sostenibilidad para no caer en errores pretéritos.
Y aunque nos refiramos a Navarra, el siguiente ejemplo tiene un valor especial para la Montaña Alavesa.
El Valle de las Amescoas (el topónimo «Améscoas» en plural, hace referencia a la inclusión de ambas distinciones, Améscoa Alta y Améscoa Baja), engastado en el seno de las magníficas sierras de Lóquiz y Urbasa, es pionero en este reconocimiento del potencial propio. Para quienes aún no tengan el placer, hablamos de un enclave natural privilegiado con acceso a tanta historia (incluso pre-historia) y naturaleza como seamos capaces de asimilar.
Hace tiempo que sus habitantes se han percatado del valor inigualable de sus tierras, como de hecho demuestra la larga trayectoria del Hostal Irigoyen en Zudaire, que se nutre especialmente de los visitantes del Nacedero del Urederra.

(Más fotos increíbles: http://www.nacederourederra.com/)
Lenta, pero constantemente, nuevas empresas orientadas al turismo van poblando el valle.
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